Entradas

Veintiuno

Hola, soy yo de nuevo. Preguntándome si podré volver a escribir 150 páginas de mi vida. Primero se me ocurre que mi vida es más interesante ahora. Después, que mi vida es más feliz, lo que inexorablemente implica menos escritura. Pero también más oscura y plagada de vacíos existenciales complicados de llenar. Ya identifiqué los pocitos que antes llenaba de forma cuasi patológica. Ahora esos los salto, pero hay precipicios, y los precipicios no puedo ignorarlos, mi lado obse los contempla desesperada intentando sacar de la galera una estrategia para taparlos. Hace unos años me soltó la vida misma de mis goznes, y desde entonces he sabido superarme pero también me encontré conmigo. La peor cara, y la mejor. Primero tuve nostalgia por soltarme de ciertas cosas. De las primeras cosas, de que nada se sienta igual por segunda vez. De mi primera concepción de mí. Todavía lucho contra eso. Ahora entiendo que verme al desnudo es más difícil. No conocerme de verdad, es

La estación

Se vació la estación. Se vació la del otro lado también, no hay nadie en el anden de frente, casi un espejo del mio si no fuera porque de este lado estoy yo, irrumpiendo la escena. Me siento porque los bancos son todos míos. Debería tener ganas, es viernes. Debería querer correr a casa, pero no sirve de nada, si todos corremos e igual terminamos llegando tarde a todos lados. No viene el subte y mi shuffle elige una canción que me trae malos recuerdos. Por ahí es el mal humor, por ahí es la clase de mierda que acabo de tener, por ahí es haber esperado 10 minutos a un profesor con el que tenía que hablar y nunca apareció. Por ahí es mi ayudante diciendo "este trabajo práctico está hecho para el ojete", porque en delicadeza ella se destaca. Por ahí necesito azúcar o es la cercanía de la estación de tren que me deprime en demasía. Ya subí al subte, bajé, llegue hasta el tren. Me compre caramelos. No son los caramelos lo que me hacía falta. En los túneles de abajo de la estació

Necesito escribir

Venía bien. Venía bárbaro en realidad. Me había propuesto empezar de nuevo, a principio de agosto, porque viste, los principios aunque sean ficticios como los números del calendario son un momento ideal para darte fuerzas, aparentemente, para proponerte y concretarte y hacer. Me había encaminado.  Empecé encaminada, de hecho, hasta que octubre se me vino a pique. Hoy me vine a pique.  Porque me consumió. En la vida hubiera creído que iba a tener que sentarme, con el té bien al alcance de mi mano derecha, abrigada -en octubre- y desganada para decirles que me olvidé de mí, que la facultad me consumió la vida, que me aburrí de ser yo y que quiero meterme en una maceta y salir recién en Navidad.  Nunca en la vida, claro, porque no soy tan estúpida de creerme que una institución haga las veces de dementor o psiquiátrico, vamos, todavía entiendo los límites entre lo ficticio y lo real. Porque no me hace falta una pala y menos una excavadora, sólo tengo que raspar un poquito la supe

Volver

Qué se hace cuando dejaste algo por meses? Y ese algo te lo recrimina, te mira de reojo y con una mueca de ligero desprecio. No sé cómo se hace para superar la incomodidad de la vuelta, de esos pequeños detalles que no recuerdo pero sé que conozco, o que conocía, pero que abandoné. Volver es un paso, pero no sé si me fui para siempre, si ahora yo soy esto que me falta, esto que dejé. Me dejé a mí en algún punto del camino, dejé mis hábitos de escritora colgados en un perchero cuya ubicación me olvidé, dejé las ganas desperdigadas abajo del sueño y la voluntad directamente la perdí, se me escapó corriendo. Cómo hago para retomar el hilo? No sé, al menos estoy feliz de estar empezando, aunque no alcance para tapar ese hedor a fracaso que sale de mí, o que imagino o que me inventé. Cómo se hace para hilar una idea? Para concretar un encuentro, para contar una historia. Historias hay miles, tópicos hay menos, bueno, está bien, son pocos, sino uno o dos. The perks of being encerrada y con

Alguien más (decadencia)

La primera parte de esta historia la leés acá , y la segunda, acá . Fuimos al Abasto, ese shopping precioso de capital que siempre me gustó. El proceso de salir de mi casa a encontrármelo fue tortuoso. La expectativa por finalmente  salir con él y que "se dé lo que quedó pendiente",  en el camino, se fue convirtiendo en nervios y preguntas y ganitas de darme vuelta y volver a casa corriendo. Tenés que ver. Tenés que sacarte la duda, tenés que probar. Si siempre estuvo todo más que bien con él, por qué no hoy? Bueno pero si funciona, qué hago? Y el verano? Lo sigo viendo? Y con Improbable qué hago? No lo veo más? Me quedo con alguien que ni conozco? Por fin llego. Lo encuentro. Compramos entradas para una función dentro de una hora. Nos sentamos a charlar para matar el tiempo: cosas de la facultad, de nuestros amigos, de la vida en general. Hasta que me atacó el primer pensamiento honestidad brutal de la tarde, ese que no pude ignorar a pesar de que quería, realment

Alguien más (interludio)

Esta historia tiene sentido si leés primero acá . -Salgamos. Tengo que concederle a Alguien Más el premio al mejor esfuerzo. Puso sus mejores intenciones en armar el esqueleto de todo lo que (a esa altura) podíamos llegar a ser. No hubo un día en el cual no me haya preguntado cómo estaba. Me toleró en crisis de odio y desesperación facultativas, cuando tenía sueño, o hambre, o aburrimiento. Nunca me negó una sonrisa. Y cuando fue el momento de salir, se puso las pilas. Empezó a tantearme con una película que ambos queríamos ver, me lo recordó "inocentemente" varias veces, y esperó a que termine de preparar y rendir el final que me quedaba para vernos. Sí, fue un santo. Pero... Pero digamos que podés poner garra y sudor en crear la estructura, pero cuando no hay nada adentro, no sirve de nada. Paso a explicar. Él prometió, semanas antes de la salida , acompañarme a buscar una nota, una nota jugada que no sabía si iba a obtener. Camino a la f

Alguien más (apogeo)

"Esto sólo se puede salvar con un beso, y lo sabés". No, no me convertí en una princesa de Disney, a dios gracias. Pero era mi manotazo de ahogado para salvar la situación. Tenía al flaco adelante, mirando el piso con una mueca que daba lástima de verdad , un cóctel de arrepentimiento, odio propio, verguenza, humillación... dudo haber visto a otra persona así en la vida. "Ya sabés que lo único que la puede remontar es un buen beso. Lo único".  Y como siempre me engancho con idiotas, lo besé. *sonidito de rewind* Al final de este post , en una forma cuasi cínica despojada de todo tipo de influencias subjetivas, planteé mi mayor problema con respecto a Improbable: que mientras tanto yo pensaba en alguien más. En realidad, el problema radicaba en que yo no podía tolerar semejante nivel de desorden mental. Aunque no lo crean, tomé muy en cuenta los comentarios de todos ustedes y, como buena futura científica decidí hacer lo único que tenía sentido: compar