Lo más yo que puedo ser
Sí, quise esconderme abajo de la mesa varias veces. Sí. Nunca había ido a una despedida de soltera, y dudo que vuelva a ir hasta que mis amigas empiecen a casarse, lo que probablemente pase en unos 10 años. Porque tenemos todas 18. Y la pregunta es, quién me invitaría a mi a un evento creado para treintañeras sedientas de alcohol y un poco de joda post-púber? Bueno. A ellas les pareció adecuado. Yo ya no sé. Porque es una reunión genial para tener con amigas. Si estuviera con mis amigas la disfrutaría muchísimo, pero al haber llegado ahí como la familiar política de la homenajeada, la situación se volvió heavy. Ya de por sí es heavy tener familia política asumida a los 18, más heavy es conocer sus hábitos sexuales. That's not nice. Releo lo que quise publicar sobre la famosa despedida y, realmente, no tengo ganas de dar más detalles. Me acuerdo de esa noche, de haber llegado a casa, de haberme sentado donde estoy sentada ahora, así, con el piyama puesto y el maquillaje c