Instantánea #7: La literatura es infinita …
Y el tiempo no. Cito al novio de mi madre, que me dejó la cabeza dando vueltas después de semejante declaración. Todo comenzó cuando le pregunté por un libro de matemática que creí que él había leído: "uno tiene que elegir, a la larga, lo que quiere leer. Yo ya no leo más ciencia". Y tocó una fibra sensible dentro de mí: NO QUIERO DEJAR DE LEER NADA. No quiero dejar de saber nada. No quiero recortar nada de mi vida. O en otras palabras, quiero saberlo todo. Uno de esos días reflexivos estaba pensando en la muerte. Nada morboso, no se preocupen, sólo me asaltó el horrible pensamiento de qué pasaría con mi biblioteca cuando muera: ¿cuántos libros quedarán pendientes? No como ahora, que no puedo leer quizás durante el año como querría pero siempre llegarán las vacaciones para salvarme, no. No habrá segunda oportunidad en ese caso, y entonces fue cuando un capricho violento se apoderó de mí: QUIERO LEERLO TODO, ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE. Era eso, nad