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Mostrando entradas de abril, 2014

Me despido.

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Juntos fuimos a ver esta banda maravillosa y juntos gritamos la letra de este tema, y hoy me veo en el lugar de creer que todo eso fue paradójico, que así nos pasó. De algún modo, debemos estar desconectados. Hay una pared invisible entre nosotros , sigue anunciando Tom Chaplin, hasta proféticamente, porque me siento exactamente así. No creo que vos lo sientas, es más, estoy segura de que ni siquiera te pasa por la cabeza todo esto. Siempre tan racional, tan enfocado en el siguiente paso lógico a seguir en tu vida. Dejarme a mí era el siguiente paso lógico, sin intentar arreglar algo que, a pesar de que dentro de mí deseo que sea una excusa, tengo que aceptar, no tenía arreglo. No le deseo a nadie lo que nos pasó a vos y a mí. Siento que no te conozco más. Nos secamos. Nos desconectamos. Ya parece que ni resabios quedan de lo que fueron tres años increíbles. Bueno, queda un sólo resto. Y es que yo sigo acá, amándote a vos, aunque vaya en contra de "cualquier paso lógico".

Instantánea #2: "miércoles"

La noche de miércoles es abrumadora y placentera. Después de dos días de intensa cursada me encuentro recién bañada, calentita en mi cama y disfrutando de la escritura, pero también disfrutando de mi propia felicidad. Porque, no voy a mentirles, el recuerdo de ya sabemos quién se pasea constantemente, como quien no quiere la cosa, por cada momento de mi día a día, y una de las cosas que más lamento es no poder compartir con él mi alegría. Pero ahí es donde radica mi autosuperación: saber que, ahora, mi felicidad es mía y sólo mía. Yo la genero, yo la disfruto, y yo la esparzo. Por donde quiero y como quiero. La uso de motor para mi rutina pero también la tengo como condimento en mis pensamientos, es esa buena vibra que me ayuda a ver el vaso medio lleno. Pienso en estos días de cursada y no puedo más que sonreír por mi suerte. Estoy en la mejor universidad a la que pudiera llegar a ir; a pesar de que me aburran o me superen ciertas clases, las disfruto porque estoy, por fin, estudi

La intolerante #2

Tengo este amigo, Mala Praxis. Es un amigo pero hay veces que quisiera echarle vinagre en los ojos. A mí me lo hicieron cuando cumplí 15 y, créanme, reaccioné con ferocidad. La cosa es que Mala Praxis me gusta en ciertos aspectos, nos complementamos muy bien porque nos parecemos mucho en algunas cosas, pero él tiene dos defectos que, combinados, me vuelven muy violenta. El primero es que es arrogante. No al punto del rechazo total, pero se mofa bastante de su éxito. Pero el problema radica en su segundo defecto: Mala Praxis vive en un mundo donde sus éxitos son soberanamente más espectaculares de lo que son en la realidad. Debo confesar que yo soy un poco arrogante, y hay veces que esa vanidad me supera, aunque me esfuerce en controlarla. Aún así siento que lo compenso con la habilidad de reconocer mis errores, que, aunque me cueste, es algo que hago por la simple cuestión de que a más errores, más chances de acertar. Capacidad que Mala Praxis no posee, porque, bueno, él es amo y

Lo que me inmoviliza

Racional. Yo quiero ser racional y se escapa de mi competencia algo tan utópico. La primera razón que se me viene a la cabeza por la que no puedo alcanzar esa meta, es precisamente que cuando hay amor de por medio, mi mente no funciona del todo bien. Que quiero desesperadamente ser amada, porque me vuelve loca la falta de amor. No voy a hablar más sobre él, pero claro que esto lo incluye. Mi miedo recurrente a la soledad me persigue. El miedo a no encontrar a la persona correcta. No un amor, no un novio que atienda mis millones de caprichos, sino alguien con quien pueda sentir amor de forma recíproca. Eso me da miedo, vivir encerrada en relaciones desiguales, porque me desaniman, me terminan lastimando. Con mis amigos no siento un ida y vuelta completo , con el pibe había dejado de sentirlo hace rato. Pero en la cabeza su presencia incompleta al menos me curaba de la soledad. Sé que no estoy del todo sola, pero esta sensación contundente cada vez se arraiga más en mí. No es la sol

Instantánea #1: "Estupidez"

-Porque ayer nos juntamos con el pibe a estudiar con una compañera... El resto de la frase se pierde en el rebote de la palabra en mi mente. Compañera, compañera, compañera, compañera... Género femenino en relación al individuo masculino en cuestión. Alerta, peligro, caution: dolor is back. Sigue contando mi amigo sobre su cursada (compartida con la del pibe) y yo sigo embotada en una frase totalmente carente de sentido práctico -se juntaron a estudiar- pero que desentierra todo ese dolor que me paso cubriendo con el ajetreo de las semanas y las novedades de mi propia experiencia universitaria. El pibe no está presente pero su nombre salta en la conversación aleatoriamente y nada raro parece estar sucediendo, excepto que adentro mío me enumero esas razones por las que yo debería dejar de quererlo -como si fuese voluntario, posible- y me recalco lo estúpida que parezco dándole vueltas a una palabra que no indica nada. Porque estoy pasándola bien en un cumpleaños y deberia dejar de pen

Mentirosa

Es interesante ese momento en el que te das cuenta de que te mentiste a vos misma todo este tiempo. Deberías autofelicitarte por mentir tan bien pero no sólo sos la pecadora sino la víctima. Y las víctimas odian a sus victimarios. Hola, odio propio. Volviste, che.  Desde un primer momento barajé "outsider" como un posible alias para mi blog. Es una palabra que no tiene traducción al castellano y quiere decir "el que es de afuera". No, no extranjero -de otro país- ni desplazado -dejado afuera-, sino la persona que pertenece al afuera. Y si despejás la ecuación, no pertenecés al "adentro". En resumen, sos un satélite social, o una especie de reo de las relaciones humanas.  Hay gente a la que le re copa ser satélites sociales y caer donde les pinte cuando les pinte, pero esos suelen ser especímenes super raros que nunca llegan a arraigar del todo en ningún lado pero son tan "lindos y especiales" que todo el mundo los quiere cerca. No necesitan

Rubia Syndrome

Rubia syndrome es una chica con la que curso Biofísica, a la que conocí por medio de nuestra amiga en común en esa materia. A veces volvemos en el mismo colectivo y entre charla y charla descubro más de su vida. Una vida que no es muy lejana a lo que imaginé que sería cuando la ví por primera vez.  Rubia Syndrome es muy rubia, ojos muy verdes, ropa muy de marca y piel muy bronceada. Es "muy diosa". Ya desde el día en que se sentó al lado nuestro y sacó su cartuchera de Barbie Girl toda la ecuación de su procedencia cerró en mi mente, pero fui descubriendo más sobre ella a medida pasan los días. Ella vive por la calle Libertador (zona norte de Buenos Aires, zona top de Buenos Aires). Ella me pregunta dónde es que vivo yo porque ni idea más allá de San Martin. Ella se compra ropa en los outlets del hipódromo. Yo me coso los pantalones rotos y me arreglo las remeras viejas para volverlas a usar. Me cuenta que sabe manejar desde los 12 y que para ella el registro es sinóni