La intolerante #2
Tengo este amigo, Mala Praxis. Es un amigo pero hay veces que quisiera echarle vinagre en los ojos. A mí me lo hicieron cuando cumplí 15 y, créanme, reaccioné con ferocidad.
La cosa es que Mala Praxis me gusta en ciertos aspectos, nos complementamos muy bien porque nos parecemos mucho en algunas cosas, pero él tiene dos defectos que, combinados, me vuelven muy violenta. El primero es que es arrogante. No al punto del rechazo total, pero se mofa bastante de su éxito. Pero el problema radica en su segundo defecto: Mala Praxis vive en un mundo donde sus éxitos son soberanamente más espectaculares de lo que son en la realidad.
Debo confesar que yo soy un poco arrogante, y hay veces que esa vanidad me supera, aunque me esfuerce en controlarla. Aún así siento que lo compenso con la habilidad de reconocer mis errores, que, aunque me cueste, es algo que hago por la simple cuestión de que a más errores, más chances de acertar. Capacidad que Mala Praxis no posee, porque, bueno, él es amo y señor de la verdad. Pero dejemos de lado esto y volvamos a cómo Mala Praxis vive en un universo en donde ya es médico sin antes haber aprobado siquiera el curso de ingreso de medicina, donde tiene tantos contactos interesantes que puede hacerse un buen terreno tanto en la cirugía como en la música como en la docencia como en la prensa. Un universo donde él se enganchó a la mina más espectacular, y antes de estar con ella todas caían rendidas a sus pies (podría abarrotar esta afirmación con citas textuales, se los aseguro). Un mundo donde, bueno, él no hace más que subir, ¿subir, dije? Escalar, mejor dicho.
Me siento hasta un poco culpable escribiendo esto porque juro que Mala Praxis es mi amigo y lo quiero mucho, pero ese momento en el que empieza a narrar lo increíble que va a ser su vida a partir de ahora y se llena la boca con palabras pomposas un laaargo rato, me hace querer grabarlo sólo para esperar hasta fin de año y mostrarle cómo esa lista de proyectos soberbios eran nada más que palabras vacías. Me da bronca, porque es de esa gente que, una vez que les decís algo sobre vos, tienen el yo en la punta de la lengua. Algo como "no sabés, empecé a cultivar rábanos malayos en el jardín de mi casa" nunca va a ser respondido con un "mirá qué bueno, te felicito, en qué época se pueden cosechar?" sino con un "yo en casa planto sandías y tengo un arbolito de lechuga escarola, no me quiero jactar pero la semana que viene me dan el diploma en jardinería". Cómo divagan mis fantasías hacia la botella de vinagre en ese momento. Oh, cómo divagan.
Lo peor de Mala Praxis es que, como me violenta, me vuelvo yo también un poco arrogante, porque me saca que tire comentarios de superioridad con respecto a cosas en las que claramente no es superior. En ese momento es cuando no controlo mi propia vanidad y termino echándole en cara que yo sí cumplí tal o cual objetivo. Sí, ya sé, me vuelvo tan intolerable como él, pero saben cómo es cuando alguien desmerece tu propio esfuerzo. Es odioso y frustrante y te dan ganas de, bueno, ya saben, lo del vinagre, sí.
Al menos tengo una receta, en este caso, para la tolerancia. Después de prolongada exposición a Mala Praxis, hay que contar hasta diez, bajar los decibeles, recordar cada detalle de la conversación, guardarla bien en la memoria y, en la próxima reunión con amigas (amigas a las que Mala Praxis creyó que tenía a sus pies, qué casualidad) descargar toda la violencia en forma de sana crítica femenina. Un método infalible el 99,9 % de las veces.
Para el 0,01% restante, siempre habrá un poco de vinagre en la cocina.
Hacele dos cosas: cortarle el mambo a lo honestidad brutal. Hacelo tocar tierra, diríamos, en criollo.
ResponderEliminarOtra: lo peor es ponerse a la altura de este tipo de gentes. ¿Tus meritos son tuyos, no? No es preciso exponerlos, porque la magia está en el ojo que la mira, en quien la detecta sin que le digas nada.
La persona que vea esa magia en vos, se va a acercar tiernamente. El resto, soberbios o arrogantes, estarán ahí. A medias de compararse. Esa gente, más allá de la cordialidad decantan con el tiempo.
Yo en el secundario tuve una compañera asi, a la cual, además, consideraba mi amiga. ¿Qué pasó? El tiempo hizo lo suyo. Resultó ser una tipa que, además de arrogante, era muy celosa. Envidiosa.
Cuando terminamos el colegio, se ven todas las caripelas. Vos, mientras tanto, en una mano en vinagre y en la otra una bebida para brindar con las chicas, cuando lo vayas a criticar. :)
El tiempo va a ser lo suyo, sobre todo porque ahora que Mala Praxis está con la mina más impresionante de la república argentina, sus amigos pasamos a segundo plano. Y sí, yo también me siento mal por ponerme a su nivel, pero te juro que me saca! Tengo que controlarme más.
EliminarLo mejor de este tipo es que ya desde el colegio la mayoría de mis compañeros lo calaron por la clase de persona que es, pero bueno, parece que no aprendió al respecto.
Es la única que queda, sí, defenestrarlo cuando me reuna con las chicas jajaja
Me hiciste reir con tu entrada, me encantó como lo narraste todo e incluso imaginé a Mala Praxis todo lleno de vinagre xD. Ahora mi opinión seria: siempre tendremos amigos con los que competimos sin querer, no es que sea una competencia con todas las de la ley pero inconcientemente queremos superarlos porque aveces "sin culpa" ellos nos hacen sentir como una cucaracha. Así que claramente entiendo el punto del vinagre, tal vez quieras compartirlo conmigo, también me gustaría tirárselo en la cara a una amiga que siempre me restriega en la cara sus inumerables conquistas. Y ahora el consejo: no te pongas a su nivel, tal vez es mejor no competir y lo mejor sea ignorarlo un poco, o un comentario como: "estamos hablando de mí y no de ti" puede hacerlo sentir tan mal que a lo mejor la próxima vez no te interrumpe con su ritual de autoalabanza.
ResponderEliminarTe mando un beso
Sí, tengo que redoblar mis esfuerzos por ignorarlo y no competir. Y bajarlo a tierra también estaría bueno. Gracias por el comentario! :)
EliminarTE JURO POR DIOS QUE TENGO UN AMIGO IGUAL. ME SORPRENDE, CAPAZ ES EL MISMO!!! JAJAJAJ
ResponderEliminarJajajajaja extraño criticar gente con vos ♥. Contá conmigo también, en eso.
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