Hasta siempre y gracias por todo
Rubia Syndrome promocionó su última materia y entró a su carrera. Consecuencia obvia: ya no nos vemos más. Mediante la presente, y sabiendo que nunca las recibirá, le dedicaré unas palabras. Rubia Syndrome: te voy a extrañar. Me alegrabas las mañana cuando llegabas con tu ropa de marca y tu tacita térmica, quejándote de que no entraba en el portavasos del auto. Nunca voy a olvidar el día que solucionaste ese problema, no cambiando la tacita, sino cambiando el auto*. Siempre serás para mí una víctima del sistema, que te hacía esperar diez minutos el colectivo y vos ya te exasperabas. Recordaré con cariño las clases en las que me contabas que tu novio quería más a su auto que a vos, o los infinitos errores de ortografía que encontré esa vez que fotocopié tus apuntes. Vas a quedarte en mis recuerdos como la chica que sabía menos de fútbol que yo misma, dada aquella vez en la que te expliqué cómo funcionaba el fixture del mundial (tampoco era tan jodido, había que seguir las flechitas