Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2014

El irresistible P

Siempre que charlamos largo y tendido con Anna White eventualmente P sale a colación. Y una vez dicho su nombre, es automático. "Ay, qué hermoso que es". Porque esa es la verdad de P: él es el compañero hermoso, perfecto, absolutamente devorable con el que cursé todas y cada una de mis materias del curso de ingreso. Y hay otra cosa sobre P: así de hermoso como se ve... no tiene nada de atractivo. En mi primera clase de química del año me senté al lado de una chica. Charlamos un rato y me intrigó que guardara un asiento con tanto recelo así que le pregunté por qué. Y me respondió que un amigo de ella estaba por llegar. No resonó mucho ese pequeño dato hasta que al final el amigo apareció. Ahí estaba: alto, ojos marrón claro, una sonrisa digna de publicidad de dentifrico y una voz grave y seductora que se presentó a sí misma como "P, hola". Le respondí el saludo y de algún modo terminamos hablando de nuestros horarios. ¡Mis tres materias coincidían con las suyas!

Descubrimiento

Hoy he descubierto que les tengo una especie de miedo a mis padres. Desarrollaría, pero hasta entenderlo bien, no voy a decir nada. Cambio y fuera.

Las (des)ventajas de ser insaciable

Imagen
Todos tenemos esa gran virtud que nos caracteriza y define. Pero como todo en el universo, no viene sin efectos secundarios. Vendría a ser una virtud que, por momentos, se convierte en nuestro peor defecto. El ying-yang, balance, todo lo bueno tiene algo malo y viceversa... como lo quieran ver. Para mí es cuestión de ironía universal. Por ejemplo, una de mis mejores amigas, Betty Boop nuevamente, tiene la maravillosa virtud de la razón. Todos tenemos razón, dirán ustedes, bueno, no. Ella tiene la  razón. Es de las personas que ven todo con claridad, incluso cuando la realidad se presenta en marañas indescifrables. Y si vas a pedirle consejo, hacele caso, porque ella tiene razón . Yo no puedo entender cómo lo hace, supongo que es una de las consecuencias de vivir en las nubes e idealizar absolutamente todo, algo que Betty no hace jamás. Y ahí está su efecto secundario: a veces hay que idealizar, hay que dejarse llevar y creer, porque la realidad, aceptémoslo, es insulsa y aburrida.

Por unos centímetros de piel

Mi amiga Betty Boop (sí, otro personaje más para acordarse) no sólo es linda e inteligente sino que fue dotada de un cuerpo del cual alardear; específicamente, de una delantera envidiable. Y obviamente se lleva las miradas de más de un macho poco disimulado cuando camina por la calle. ¿Está mal eso? No, tengo que confesar que yo, como todos, miro tipos por la calle (no les miro las tetas, pero se entiende), y si la cosa se quedara en eso, en mirar y nada más, estaría todo bien. Estaríamos todos mirándonos, como pasa siempre, inevitablemente. Pero no. A varios individuos con los testículos mal puestos se les ocurrió que por ser tan machos y pijudos estaba bien aprovecharse de ella. Y ustedes pensarán que violaron a mi amiga, pero hoy en día no hace falta llegar a tales extremos para decir que fue acosada. Una vez, un colectivero la mantuvo "cautiva" encima del vehículo, sola, por unos minutos, negándole bajar a menos de que ella le pasara su celular (y eso fue lo más dulce q