Lo que me inmoviliza

Racional. Yo quiero ser racional y se escapa de mi competencia algo tan utópico.
La primera razón que se me viene a la cabeza por la que no puedo alcanzar esa meta, es precisamente que cuando hay amor de por medio, mi mente no funciona del todo bien. Que quiero desesperadamente ser amada, porque me vuelve loca la falta de amor. No voy a hablar más sobre él, pero claro que esto lo incluye. Mi miedo recurrente a la soledad me persigue. El miedo a no encontrar a la persona correcta. No un amor, no un novio que atienda mis millones de caprichos, sino alguien con quien pueda sentir amor de forma recíproca. Eso me da miedo, vivir encerrada en relaciones desiguales, porque me desaniman, me terminan lastimando. Con mis amigos no siento un ida y vuelta completo, con el pibe había dejado de sentirlo hace rato. Pero en la cabeza su presencia incompleta al menos me curaba de la soledad.
Sé que no estoy del todo sola, pero esta sensación contundente cada vez se arraiga más en mí. No es la soledad en sí el problema, sino el miedo que le tengo. Como mi sombra proyectada en la pared, enorme, al lado de mi figura. La acechante soledad no es ni mil veces más terrible que el miedo que le tengo.
Persiste el problema de disfrutar esos sentimientos del carajo. Querer sentirme mal, querer dejarme hundir y vagar sin destino. Es tentador y a veces -como estos días- me dejo llevar. Sé que puedo salir pero no quiero poner tanta voluntad en erradicar una sensación que puede volver en cualquier momento. Me doy vergüenza, me aniquila el orgullo saber que puedo salir, que puedo usar ese lado racional mío, pero que tiendo a divagar y enfocarme en el dolor. Me hace sentir débil, me recuerda que si me dejo estar no merezco llamarme fuerte, ni independiente, ni tocar mis objetivos aunque sea rayándolos con las puntas de las uñas. Tanto desprecio propio en general me deja despertar, me vuelve a poner en juego, pero hay veces que ni eso pasa. Hay veces que me pierdo en los pensamientos y me autoabandono. Por eso también no soy racional: porque no puedo defenderme de mi misma. Algo tan fácil como quererme un poco más, como cortar de raíz esos sentimientos de odio propio que nadie puso ahí. Cortar con la culpa. Aceptar los defectos. Saber que puedo hacerlo pero no lo hago, porque mi poca voluntad no me permite salir.
No es que no me quiera... tengo un autoestima bastante sólida (por suerte). Pero cuando llega el momento de escarbar más hondo, llego al miedo. Cuando me encuentro sola en un lugar lleno de gente, cuando despierto, habiendo soñado con él, cuando me doy cuenta que no conecto ni un poquito de lo mucho que me gustaría conectar con tanta gente, entonces, no hay deseos de racionalidad que valgan ni voluntad que me rescate de mis propios pensamientos, que acechan desde las sombras de lo que me gustaría ser.

Comentarios

  1. Hola, querida.
    He leídos algunas de las publicaciones en este blog y veo que tienes potencial. Si estás interesada en publicar tu novela, cuento o historia: somos la editorial para ti♥.
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  2. Mi querida... Cuánto te entiendo. No sé, hace varias entradas que siento tanta empatía por la situación y eso me impide ser objetiva. ¿Será que ya nos hemos tomado cariño, no? Y nos leemos y quedamos conmovidas, como cuando uno escucha a un amigo en un día feo.

    Haceme un favor, de onda... Leé la claridad y pulcritud de este fragmento:

    Sé que puedo salir pero no quiero poner tanta voluntad en erradicar una sensación que puede volver en cualquier momento. Me doy vergüenza, me aniquila el orgullo saber que puedo salir, que puedo usar ese lado racional mío, pero que tiendo a divagar y enfocarme en el dolor. Me hace sentir débil, me recuerda que si me dejo estar no merezco llamarme fuerte, ni independiente, ni tocar mis objetivos aunque sea rayándolos con las puntas de las uñas. Tanto desprecio propio en general me deja despertar, me vuelve a poner en juego, pero hay veces que ni eso pasa. Hay veces que me pierdo en los pensamientos y me autoabandono. Por eso también no soy racional: porque no puedo defenderme de mi misma.

    ¿Vamos buscando editor, dale? :)

    ¡Abrazo gigante!

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