Empezar

Linda mañana para ir al centro. O también para atravesar la tundra y cazar osos. Qué se yo.
El día se despierta fresco y yo lo arranco escuchando mi banda favorita en el mundo. Hoy tengo mi primera clase en el nuevo curso de francés al que me anoté, y estoy entusiasmadísima. Todavía en la cama me llega un mensaje de una amiga, reportándome que se acaba de despertar por el ruido del festejo que la promoción de este año está haciendo con motivo del primer día de clases. Muy loco pensar que hace un año estaba yo en la misma situación. Es bastante extraño que las clases empiezan un día como hoy y ni yo ni mis amigos estamos ahí. Mientras me acostumbro a esa idea me repito mi mantra de estos últimos años. "Terminar la escuela, empezar la facultad". 
Sobre todo eso, empezar la facultad.
Y vuelvo a la especie de terror que me empezó ayer. Honestamente pensé que el día de empezar la facultad estaba prácticamente enterrado en el futuro. Tu entorno se pasa todo el último año de secundaria insistiendo en que el cierre de una etapa, el comienzo incierto, la preparación y demás blablablás que nunca me impactaron demasiado. Pero ayer caí en la cuenta de que me faltan dos semanas nada más. Dos semanas! Me encontré a mí misma mirando a la pantalla y habiéndome abrazado el cuerpo inconscientemente. Dónde estuvo, en ese momento, el entusiasmo que me invadió todos estos meses de espera? Opacado por la cantidad de dudas que empezaron a hacer plop en mi cabeza, apareciendo como globitos de diálogo de una historieta. Primero y principal, la UBA, la eterna y complicada universidad que, ya desde el principio comprobé que es un tedio burocrático al que me voy a tener que enfrentar por seis años al menos, por elección propia: a pesar de tantos defectos, es y siempre será la universidad donde quiero estar. Ruego, cruzo los dedos que me asignen el turno que pedí, que no me compliquen la asignación de materias, que pueda llegar a horario a las clases, que no sea tan complejo el viaje, que me pueda subir al colectivo incluso! Por primera vez en la vida veo mi futuro como una incógnita gigante, un barquito de papel que depende pura y exclusivamente de qué tan fuerte e inquebrantable sea mi voluntad. Y no sé si tengo a la voluntad tan entrenada para eso. 
Pero, por otro lado, entre todas mis burbujas de duda se apareció la inevitable. La duda magna, si es que puedo denominarla de algún modo. ¿Estaré bien encaminada? Es la bioquímica la carrera que quiero perseguir? Es algo a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida? Se juntan en esta carrera mi vocación, mi pasión y lo que hago bien? Vengo creyendo que sí, estando muy convencida, pero, qué tal si no? Qué tal si en realidad era esa vocación oculta la que tendría que haber perseguido? Desde que empecé a sopesar las carreras adecuadas para mí me persigue una sola gran deuda, y es haberle dado una chance a la carrera de Biología. Me fascina, sí, pero a la vez me desalienta, hay una demanda laboral ínfima y la otra alternativa es... ser profesora. Y eso es algo que está cien por ciento descartado, desde siempre. Mis viejos son ambos profesores y llevan una vida que no me gustaría repetir. No tengo la paciencia, las ganas o la predisposición para enseñar. Y ahí es donde se me disipan las dudas sobre si seguir o no biología y vuelvo a la bioquímica, que engloba todo lo que me gusta y, además, un mercado laboral activo. Me encanta la química, la toxicología, la microbiología... 
Pero, y si...? Si en realidad era? Si se trataba de probar suerte? Y si pruebo mi suerte y en realidad no es? Si pierdo años haciendo y rehaciendo CBCs? Si inicio una carrera y en realidad es la otra?
Definitivamente no se puede elegir el futuro a los 18 años. Fuck it. Por ahora apuesto a lo sólido, apuesto a  Bioquímica. Realmente, espero estar bien encaminada pero me carcome el pensamiento de que no sabría determinar si ésta es la elección correcta ni con toda la sabiduría del mundo. Espero que, una vez empezada la carrera, pueda convencerme del todo.
Por ahora, espero con paciencia la asignación de materias para el curso de ingreso.

Comentarios

  1. ¡Cómo te entiendo, mi querida! Hasta podría leerme, un año atrás, en la misma situación. ¿Qué puedo decirte? Yendo por partes y así suena a frase trillada, sabé que el tener todos estos miedos que vos tenés es perfectamente normal y aplicable, además a la etapa que vas a empezar.
    Yo también tenía estos miedos. Miedo a que no me den el horario, a no poder llegar, a viajar horriblemente mal. ¿Y sabés qué? Una vez que empezás, y te reconocés ahí mismo, lo que te espera es lo más lindo, porque te bajan los miedos y porque lo empezás a disfrutar.

    En mi caso, respecto a horarios, me dieron el turno que pedí en la primera opción. Durante el transcurso del año te irán pidiendo dos o tres trámites que si estás atenta a las carteleras, los sacarás sin problemas y en fecha. No desesperes para tramitar la libreta antes de los primeros parciales, porque podés presentarte a rendir con documento hasta que la tengas. No desesperes, tampoco, si perdés un colectivo más allá de pretender llegar siempre a tiempo. Me ha pasado de salir muy temprano de mi casa esperando llegar puntual y dependiendo del azar había veces en las que llegaba muy temprano o un poquitín tarde. Y va a haber veces, se seguro, donde los putees un poco, pero si algo me ayudó, es analizar y entender que ciertas cosas nos exceden. Y como tales, hay que preocuparnos hasta donde se pueda, no más allá.

    Y, lo más importante, respecto a la elección. Sé que te voy a decir lo que te dicen todos quizá " bueno, si la empezás y no te gusta, cambiás de carrera". Y aunque suene fácil decirlo y complejo hacerlo, te aseguro que es el mejor camino. Tenés que empezar y ver qué pasa. Te aseguro que el CBC medirá tus resistencias y a medida que te vayas confirmando día a día que es lo que te gusta, saldrá a flote tu voluntad. ¡Y te vas a sorprender de tu garra, acordáte!
    Como estudiante de Letras, con un mercado laboral incierto, tomo esta incertidumbre también como la chance de que todo salga fuera de los pronósticos y lo establecido para una estudiante de mi carrera. Porque, al fin y al cabo, cuando te recibís y empezás a ejercer, es todo una cuestión de suerte... ( y de los destinos, por supuesto)

    Sintetizando, tranquila. En dos semanas otra será la historia, y entenderás a ciencia cierta por qué no te llegó nunca el discurso nostálgico del último año.

    ¡Abrazo!

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    1. Gracias querida, gracias gracias gracias. No sabés lo mucho que me vale tu experiencia!

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  2. Ese fuck it es muy Chris Miles y suerte con lo de tus clases y la inscripción, seguro sale bárbaro.
    Escribí algo y esta porquería de Chrome se me cerró... bueno, no te estreses. Como dice Avellaneda creo que todo con el tiempo se hace automático en ese tipo de cosas, y uno se acostumbra. Como yo quisiera terminar la secundaria e irme a vivir sola mientras estudio... medio fantasioso pero leo a la gente que quiere volver y pienso "¿qué les pasa a estos?"
    Pero el tiempo dirá... con lo de la carrera yo creo que no hay etiqueta en la edad. Si te equivocás o no es lo tuyo, tenés todo el tiempo del mundo para encontrar lo que quieras. No te pongas tan así, si decís que bioquímica te gusta dale para adelante.
    Y...
    baise it (creo)

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    1. Mi sueño también era pisar los 18 y vivir sola. Qué fantasiosa era, jajaja. Pero bueno, tal vez algún día se nos cumpla!

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  3. Yo también estaba nerviosa cuando recién entré a la U, pero al final es puro miedo, además que se para super bien jajaj ojalá te guste y te vaya super bien en tus primeros días de clases. Un besito (:

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