Instantánea #2: "miércoles"

La noche de miércoles es abrumadora y placentera. Después de dos días de intensa cursada me encuentro recién bañada, calentita en mi cama y disfrutando de la escritura, pero también disfrutando de mi propia felicidad. Porque, no voy a mentirles, el recuerdo de ya sabemos quién se pasea constantemente, como quien no quiere la cosa, por cada momento de mi día a día, y una de las cosas que más lamento es no poder compartir con él mi alegría. Pero ahí es donde radica mi autosuperación: saber que, ahora, mi felicidad es mía y sólo mía. Yo la genero, yo la disfruto, y yo la esparzo. Por donde quiero y como quiero. La uso de motor para mi rutina pero también la tengo como condimento en mis pensamientos, es esa buena vibra que me ayuda a ver el vaso medio lleno.

Pienso en estos días de cursada y no puedo más que sonreír por mi suerte. Estoy en la mejor universidad a la que pudiera llegar a ir; a pesar de que me aburran o me superen ciertas clases, las disfruto porque estoy, por fin, estudiando lo que me gusta y rodeada de gente con el mismo propósito. En ese sentido, sé que estoy entre los míos, y eso que recién estoy en el curso de ingreso! No quiero imaginarme en la carrera, cuando esté a la par de gente con mis mismos intereses. A estos, hoy por fin les puedo dar el lugar y valor que merecen, no como en la infame secundaria donde se veían relegados por otras obligaciones o porque otros los desmerecían. Aparte, siguiendo en esta línea, pude hacer ese corte radical que esperaba desde hacía tanto tiempo: "pelé" mis relaciones, sólo me quedé con las que me hacen bien, las que me fortalecen y me bancan, y -lo que esperé por tanto- no tengo por qué verle la cara todos los días a los infelices a los que repudié cada día escolar! Gracias, UBA, muchas gracias.

En paralelo, me duele un poco el cuerpo, tengo sueño y un poquitín de ansiedad. Lo primero, porque retomé natación y, a pesar de que me fascina, me deja lista para el desmayo, y lo segundo porque en pocos días son mis primeros parciales y tengo que conseguir la voluntad para sentarme a estudiar. Biofísica, en especial, la materia más difícil de todo el ingreso en mi opinión, que requiere de toda mi concentración y ganas. Me hice una especie de promesa y es que voy a promocionar esta materia (o aprobarla al menos) porque no quiero que su dificultad me obstaculice el camino. Cuando me obstino con algo soy de obsesionarme para "vencerme" a mí misma, así que confío en poder hacerlo. No me juegan muy a favor mis actividades -además de nadar estudio francés, lo que es un placer para mí pero me quita tiempo- pero me voy a hacer el espacio para el estudio. Cuando me digne a apoyar el culo en la silla, claro.

Creo que divagué demasiado; igualmente se entiende que estoy feliz por mí y gracias a mí, y a todas las circunstancias positivas de este esperado nuevo comienzo. No cuesta mucho ver el vaso medio lleno con esta actitud: disfrutar los viajes en colectivo, más que padecerlos, aprovechar el tiempo libre para la lectura, amar a mi querida Buenos Aires en cada viajecito a mis variados destinos, frenar un poco a merendar con alguna amiga, y recordar que, en todo esto, me construyo, me sobrepongo y me abro camino a la vida que quiero para mí misma.

Me voy a dormir contenta.