Homónimo/Hoyuelos/lo que quiero ver

Estábame hace unos meses en el agujero llamado autoestima baja ineludible en el que la repentina ausencia de el pibe me había dejado, y me agarró el estúpido ataque (sí, ese que nos ganamos por nuestra inherente condición humana y nuestra bendita capacidad de asociación) de creer que todo pasa por algo. Creencia sostenida por sus afines y apedreada por sus detractores, entre los que me incluía, hasta que me vi en un lugar tan autolastimoso (esa palabra creo que la acabo de inventar) que decidí agarrarme a la primera esperanza que se me cruzó por el camino: el destino.
Acá hago una pausa para que mi yo recuperada de este percance se dé una palmadita en la espalda a sí misma en señal de orgullo. 
Por esos días fue que apareció P, y se convirtió en una historia más larga de lo que creí que iba a ser (la tienen acá), pero no fue el único en ser malinterpretado por mi penoso subconsciente como una señal de algún mandamás de que mi vida estaba en buen camino. También estuvo Homónimo. 
Y me permito otro paréntesis, más allá de que en dos párrafos haya usado como ocho, esta vez crucial para el desarrollo de la historia: mis crushes.
Crush es una palabra preciosa que indica ese pequeño enamoramiento del que soy tan pero tan adicta. Me encanta enamorarme sin razón y por veinte minutos de algún individuo. Es divertidísimo. No es un amor platónico porque siempre es alguien que conozco o que veo por ahí, y en general en un ratito se acaba mi desbocada obsesión, pero en contadas ocasiones estos hombres superan los 20 minutos en mi mente y se convierten en crushes oficiales e imposibles de olvidar. Algún día los listaré. Pero el único que importa para el bien de esta historia, hoy, es el denominado el amor de mi vida de la ONU, a quien conocí en esos modelos de naciones unidas en los que participaba en el secundario. Él representaba a Francia, y era un actor nato. tenía una oratoria encantadora, y unos hoyuelos... unos hoyuelos! Podía mirarlo por horas (que fue básicamente lo que hice en todo el fin de semana del modelo), y mi obsesión continuó cuando lo agregué a facebook y lo stalkeé por semanas. Todavía hoy lo stalkeo. Miren las cosas vergonzosas que vengo a confesarles a ustedes.
Cuestión que en mi sed de señales de "no todo está perdido", creí identificar una en la primera clase que tuve en la facultad de Farmacia (de aquí en más FFYB), o mejor dicho, creí identificar uno: Homónimo. Heme allí, esperando para entrar al aula cuando aparece caminando un flaco enfundado en esos montgomerys de hombre total y absolutamente cogestibles, unos pantalones mostaza, y esos inconfundibles hoyuelos. por lo que al instante lo asocié con el amor de mi vida de la ONU, y hasta lo confundí. De repente se abrió la puerta del aula y tuve que perderlo de vista por un segundo para sentarme, mientras deseaba que semejante casualidad caída del cielo se me sentara al lado. Pero se me sentó justo adelante, así que meché la clase con miradas furtivas a su nuca tratando de intuir cómo se vería de frente y, sobre todo, cómo me iba a acercar a este flaco al que me tenía que acercar. Pensaba en qué me diría Anna White si le contara la situación ("pero le hubieras hablado, pelotuda!") y me prometí que le iba a hablar, cueste lo que cueste. 
Obviamente no le dije nada.
Salì de FFYB perdièndolo de vista nuevamente, hasta que noté que era el mismo flaco que caminaba justo unos pasos adelante mío. "Si vamos a tomar el mismo colectivo, es que es una señal divina" me decía, mientras cruzaba los dedos. "Si tomamos el mismo colectivo, le hablo. Le hablo. Le hablo." Doblamos por la esquina de la facultad de medicina, cruzamos a la plaza Houssay, y entonces yo seguí y él dobló a la derecha. 
Fuck.
Me subí a mi colectivo, sopesando que tal vez coincidiéramos en la clase siguiente, cuando lo vi. De nuevo. El chico de los hoyuelos estaba esperando otro colectivo, el 99. Una campanita sonó dentro de mi cabeza, un conocido diciéndome "yo me vuelvo de Medicina con el 99, y después lo combino con...", asi que ese también me llevaba a mi casa. Ya estaba planeando qué hacer la semana siguiente- así de loca idiota me pongo a veces. 
La clase siguiente llegó, pero no el chico de los hoyuelos. Ya lo tenía todo pensado, el colectivo, la pregunta, ¡todo! No sé si me divertía la situación o estaba en un pico un poco alto de histeria que me hacía hacer boludeces. Pero ya no importaba, porque la clase había empezado, y hoyuelos no aparecía. Me senté en uno de los primeros lugares, y bien que lo hice, porque cuando se abrió la puerta y apareció él, necesité esa posición privilegiada para mirarlo de lleno. Y me dí cuenta de dos cosas:
Una, no era ni un cuarto de lindo de lo que era el chico de la ONU.
Dos, se movía de un modo evidentemente homosexual.
¡Pelotuda! Mi lado racional me pegó en la cara. La voz de Anna White apareció en mi cabeza: "yo te dije, a vos te gustan los flacos que juegan con la línea entre Paramore y gay". ¿No podía haberme dado cuenta de algo tan obvio unos días antes? Mientras todos estos pensamientos corrían por mi cabeza, él se dirigió a su asiento tan afeminadamente como era posible. Ya tenía el plan delineado, aunque sea la anécdota para reirme luego, ¿y me viene con un plottwist de semejante tamaño? Confiar en supuestas señales divinas es una mala idea. Siempre lo fue, y lo seguirá siendo.
Me escapé de la clase y dejé a Hoyuelos atrás, pero ya tenía planeado probar la ruta del 99, así que me dirigí a la parada. Auriculares calzados, la chance desechada, llegó el colectivo y me subí. Me acomodé en el espacio teóricamente designado a discapacitados y entonces noté que Hoyuelos se había subido al mismo colectivo que yo. No hubo planes, simplemente él caminó hacia donde yo estaba y cuando nos miramos, hubo una chispa que...
No, mentira.
Nos miramos y nos reconocimos de la clase, así que le pregunté si venía de FFYB y me confirmó que sí, con una sonrisa. Terminamos hablando todo el viaje, con la mejor onda, de nuestra experiencia hasta ahora en la facultad, y dado que ambos vamos a estudiar bioquímica, de nuestros proyectos. Me preguntó mi nombre y resulta que tenemos el mismo apodo (por eso Homónimo), y además me confirmó a los cinco minutos su homosexualidad con la icónica frase: "quiero ir a NYC para conocer Broadway, es mi sueño". 

Moraleja: vemos lo que queremos ver. Yo quería que caiga un crush del cielo, y eso cayó, o creí que cayó hasta que indagué un poco más adentro. Meses después, el crush que esperaba vendría caminando a través de la plaza, con el mate a cuestas, pero esa es una historia que va más allá del por qué pasan las cosas. Una elección y no un aleatorio. Mientras tanto... tengo que dejar de flashear amor cada tres cuadras. O dos clases. En fin. 


(Me parece que voy a sumar una sección con fotos... veremos lo que sale. Para boostear mi lado fotográfico que estuvo bastante muerto este 2014. Que tengan linda semana.)

Comentarios

  1. Ufa! yo en mi facultad me enamoro cada cinco minutos, tengo mi crush estable que teorizo que es gay pero esa es otra historia.
    Besos

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    1. encima vos en diseño, mel, es complicado determinar con seguridad la orientación sexual jajaja

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  2. Este comentario tiene que empezar con:
    JAJAJAJAJAJA
    Sos lo maaaas, no me podés hacer reír tanto!!
    Que copado que es embobarse asi con cualquiera y hacer todos esos planes, y que justo él no vaya tiene que pasar sino no es lo mismo (?) Jajaja. Ahora te cuento una mía.

    COGESTIBLE a la RAE directo, se acepta cada cosa... ese no puee faltar.

    Che.. yo creo en el destino y todas esas cosas jajaja.

    Abrazo Hiperbólicaaaa, gracias por tantas risas!

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    1. Sos una linda, Amapola! ♥ sí, yo en general me quedo en el molde pero ese dìa dije ahora o nunca y terminé con esta anécdota. Otro abrazo!

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  3. Leí este post hace días desde el celular y me dije que te iba a comentar después en la pc lo genial que me había parecido, pero ya me olvidé casi todo lo que te iba a decir, solo recuerdo que te quería decir que admiro tu capacidad para planear tan concretamente como ir a por alguien. Y que las señales divinas... meh, fijate como yo ahora estoy atrapado entre 15 películas y un cuadernillo de 300 paginas por algo que hice por una, las señales divinas son en realidad señales que te manda el cosmos para cagarte más la vida. Ah siempre tan positivo él jajajaja
    Es verdad, hago una película de cada cosa que me pasa, pero te juro que no sé como parar D: enseñame
    Te mando un abrazo virtual ♥

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    1. planear concretamente como ir a por alguien? JAJAJA ME VOY A MORIR ACÀ, pensè que el post daba fe de exactamente lo contrario. Soy una pelotuda.
      Las señales divinas suck.
      Otro para vos♥

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