De cómo no puedo evitar enamorarme

El único precedente fue uno que llegaba, abría la puerta e inundaba la habitación con su perfume... pero no se compara con esta magnitud. Además, desde el principio no hubo dudas, desde el momento en el que lo registré, veinteañero, sentado al lado de su colega, escuchándola hablar sin emitir palabra con la mirada entornada en señal de respeto. Cuando por fin abrió la boca no hizo más que inflar el esbozo de idea que ya tenía en la cabeza sobre él: la voz grave, los modos, y por sobre todo la sonrisa deslumbrante que acompañó a sus palabras de ánimo y complicidad. A esa altura la idea ya estaba clara en mi cabeza: mierda, qué bueno que está este tipo. Y mientras llegaba a esa conclusión, él se daba vuelta a anotar lo que sería el primero de tantos... ejercicios de matemática.
Así es.
Tanto como odio ir a las clases, tanto me gusta el profesor.
Carajo.

La mayoría del tiempo puedo contemplarlo sin quedar en ridículo; su barba morocha, su cuerpo esbelto que se pone sutilmente en evidencia cuando se apoya contra el pizarrón para dibujar un par de ejes cartesianos, las alpargatas con las que va a dar clase, los ojos chocolate yendo de acá para allá mientras explica, la sonrisa cómplice... Cada día que pasa, menos bola le doy a la clase y más a su persona. El problema con él es que me pongo tonta cada vez que quiero preguntar algo, porque una vez despejada la duda te clava la mirada como tratando de ver a través de tu cráneo si estás entendiendo o no. Y esos ojos intensos son demasiado para tolerar a las 8 de la mañana sin ponerme colorada como un tomate (sí, 19 años de boluda). Así que hoy aproveché para preguntar a la otra profesora (que, obviamente, desde el día uno es transparente para mí) y no embarrarme yo sola al pretender despejar una duda. Le pregunté para qué servían unas matrices que estamos viendo, a qué tipo de problemas aplicarlas. La mina se explayó un ratito, hablándome de funciones un poco extrañas y de cómo el álgebra importa porque bla bla bla mejor asiento para hacer que entiendo, bla bla matrices, bla bla. En eso se interrumpe y dice Diego, vos que sos de física, ahí hay más aplicación, no? Volvió repentinamente mi interés. Sí. Se para y me sonríe. En física estas funciones se usan muchísimo. Si querés después  al final de la clase te muestro y lo charlamos. 
Quedé anonadada.
Vieron esos momentos que son instantes pero duran una eternidad? Bueno, a veces se dan por amor y son mágicos, otras veces se dan por incomodidad y son engorrosos. Creo que, en éste, contra todo pronóstico, se cumplieron ambas condiciones. Por un lado no podía sacarle la mirada de encima, y por otro trabajaba a toda máquina tratando de esbozar una respuesta convincente que obviamente no surgió y me limité a asentir mientras él seguía observándome con la sonrisa intacta,  y la contundencia de esos ojos me hicieron bajar la mirada como una boluda. 
Acto seguido, mi amiga se acercó a mi oído y me dijo lo charlamos? lo charlamos con un café de por medio? levantando las cejas, y estallamos en carcajadas silenciosas, Al final de la clase no pude quedarme por la larga fila de admiradoras que pretendían que les resuelva los ejercicios, y tampoco pude quedarme por miedo a destruir la poca dignidad que me queda frente a su persona, pero chicas, a ustedes no les invitó un café implícito y a mí sí. 

Conclusiones: los hombres de física (que por este blog han pasado varios ejemplos, sino remítanse a Van Gogh, o al pibe mismo, que tiene un considerable parecido con Diego) me encantan. 
Y ponerme colorada de una manera tan evidente es una reverenda cagada. 

Comentarios

  1. Son la clase de chicos que te ponen loca :3 ya sabes, escomo el clicke del chico inteligente que te pone pr las nuves. Te mando un abrazo enorme y nos leemos :3

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  2. ¿puede ser que yo estaba hoy en un cuadro de situación simular y pensaba "carajo?

    Venía por estos lares a escribir sobre lo mismo. Los odiamos y sean las nueve o las dos, nos sentimos medias pelotu***
    ¡Me encantó el post! ¡Tenías razón!

    ¡Besos y a seguir para adelante con la ejercitación! :)

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  3. Jajajjaja, muy bueno! yo soy de esas enamoradizas también así que sabré entenderte a la perfección. Seguí aprovechando las clases e insistí con el café, por favoorrr! jaja

    Un beso!

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