El primer capítulo

Tuve una semana muy de mierda y, junto con un cambio de look bastante radical que me animé a hacer, decidí postear esto, que es el primero de varios tontos capítulos de lo que me vino pasando hasta ahora.

La historia empieza y termina con el mismo encuentro con Anna White. Ella acciona el disparador en cierto punto de la noche, estamos caminando bajo la llovizna en búsqueda de la parada de un colectivo desconocido cuando, esperando una respuesta de no más de dos frases me pregunta por mi vida after-yasabemosquién. 

-¿¿¿¡¡QUÉEEEE!!???
Casi en el medio de la calle, es su respuesta a la cagada con Improbable.

Fue básicamente la misma respuesta que yo me dí a mí misma cuando caí en la cuenta de que... Improbable?? QUÉEEE?? 
Aunque desde hacía bastante que sabía que el prefijo le estaba quedando mal.
Desde que me empezó a dar vueltas por la cabeza alguien que, a funciones prácticas, nunca jamás en la historia de mi existencia hubiera imaginado como otra cosa que un amigo, excepto que los pensamientos son indomables y de repente me encuentro disfrutando de su compañía, queriendo estar más con él que con el resto, detectando sutiles complicidades y de nuevo el lado racional que me dice ¡¿QUÉEEE?!
Porque al primer golpe de vista somos opuestos totales y ni siquiera sé qué tipos de sentimientos estoy manejando. Por un lado lo que ya dije en el párrafo anterior y no voy a volver a repetir y por otro mi negativa total a aceptar que le queda chico el prefijo e integrarlo así a mi realidad: porque por momentos sí quisiera, y por momentos repudio la idea con toda mi alma. Porque me gusta una parte, y otra me choca completamente, y caminar sobre esa linea equivale a tener el cerebro en una licuadora 24/7. Porque es parte de este microcosmos en el que vivo y me prometí a mí misma escapar de ahí. Además de que -pequeño detalle- tengo la cabeza contaminada por la susceptibilidad del corte con ya sabemos quién.
Improbable, para mí, debería mantenerse en esa burbuja maravillosa que creamos bajo los efluvios 
ese lejano día, si no fuera porque lo veo todo el tiempo y hablamos todo el tiempo y no estoy precisamente manteniéndolo a raya dentro de la burbuja y...
¿¿¡¡QUÉEE??!! 
No hay mucho que explicar. Todos los caminos vuelven a ese qué en negrita y abundante en signos.

Listo, lo conté. 

Comentarios

  1. Jajajaj me causa risa la forma en que te expresás, aunque te entiendo. Es una situación complicada.. pero creo que el tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar. A veces es sólo un pequeño flechazo o... quién sabe... el complemento que nos hacía falta(?).

    Un beso, hiperbólica! y ánimos!!!!

    ResponderEliminar
  2. Te digo lo mismo que le dije a una amiga en una situación algo similar; disfruta de estos momentos raros porque después pasan, no te sientas limitada por el shock emocional de no entender precisamente que estas haciendo, porque habrá un momento luego en que sí entenderás todo, así que guiate por lo que sientas, por más WTF que te resulte.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta lo que escribis, tenes una manera de hacerla especial, saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Veintiuno

Por unos centímetros de piel

Necesito escribir