Alguien más (apogeo)

"Esto sólo se puede salvar con un beso, y lo sabés".

No, no me convertí en una princesa de Disney, a dios gracias. Pero era mi manotazo de ahogado para salvar la situación. Tenía al flaco adelante, mirando el piso con una mueca que daba lástima de verdad, un cóctel de arrepentimiento, odio propio, verguenza, humillación... dudo haber visto a otra persona así en la vida. "Ya sabés que lo único que la puede remontar es un buen beso. Lo único". 

Y como siempre me engancho con idiotas, lo besé.

*sonidito de rewind*

Al final de este post, en una forma cuasi cínica despojada de todo tipo de influencias subjetivas, planteé mi mayor problema con respecto a Improbable: que mientras tanto yo pensaba en alguien más. En realidad, el problema radicaba en que yo no podía tolerar semejante nivel de desorden mental. Aunque no lo crean, tomé muy en cuenta los comentarios de todos ustedes y, como buena futura científica decidí hacer lo único que tenía sentido: comparar las experiencias.

Aquí les presento a Alguien Más.

(En adelante AM porque me da fiaca).

Alguien Más es mi compañero de facultad. AM es alguien normal. AM no destaca de la masa de gente.

AM me ganó por insistencia.

Como con todo el resto, empezamos igual. Hablamos un par de veces, vimos que coincidíamos en varias materias, nos sentamos juntos, compartimos microscopio, puteamos por los mismos errores idiotas, comimos galletitas, nos rodeamos de la misma gente, esperamos juntos para entrar a clase.

Como toda persona de la facultad, con alguna excusa que ya no recuerdo, conseguí su facebook. Creo que tenía un PDF que a él le venía bien o algo por el estilo. Entonces fue cuando empezamos a vernos conectados a la noche y, entonces, a hablarnos, como también me pasó con otros de los que ahora son mis amigos.

Pará pará pará. Pero entonces, por qué AM?

Porque nos parecemos mucho. O, bueno, al menos pensé que nos parecíamos.

AM me ofreció un auricular en el que sonaba Arctic Monkeys en matemática, un día cualquiera, y me salvó del aburrimiento. A partir de ahí no hubo minuto de espera que no me prendiera de la música de su celular y ocasionalmente cambiáramos a la mía. Convenientemente atados por un cable, entonces, empezamos a conocernos mucho más. Ahi fue cuando descubrí que AM es un nene, como yo. Él sacaba mi lado más infantil, y eso me divertía mucho. También aprendí que es infinitamente bueno y compasivo y tolerante y por el tiempo en que descubrí que me atraía un poco su personalidad, él descubrió lo mismo de mí. Y pasaron dos cosas.

Una, que se hizo rutina que él tratara de infliltrar sutiles comentarios amorosos en nuestras conversaciones, a los que les costaba un poquito eso de la "sutileza".

Dos, que mi mejor escudo de antisocial se armó por arte de magia como respuesta a esa actitud goma que yo, honestamente, repudio por default.

Pero entonces... Entonces? El beso? Te gusta? Qué?

Me gusta...ish. Me gustaron ciertas cosas de él, recurrí a él en momentos de crisis-facultativa-en-los-que-sólo-vos-me-entendés, pero también recurrí a él, en mi cabeza, cuando nada parecía tener sentido. Ni conmigo, ni con Improbable: sobre todo con Improbable. Cuando atravesaba mis eventuales crisis en las que no quiero ver a I nunca más, no sé qué hago, esto es cualquiera... y todo eso. Entonces -y he aquí el error-, lo dejé entrar. Con un poco de tiempo y buena cara ya hasta me parecía tierno que me dijera cosas. Que me mirara tan colgado. Él era tierno. Era lindo, era maduro, me entendía, tenía unos rulos entre los que no niego haber perdido la atención varias veces en clase, era goma pero y bueno, y así es como AM me ganó por insistencia. 

La maraña que ya conocemos, la señora confusión. Dos flacos al mismo tiempo que parecían turnarse para dominar mi cabeza, literalmente, porque cuando no era uno era el otro y ninguno parecía tomar una delantera definitiva que me permitiera DECIDIR. En este punto decidir era lo que me atormentaba: mirá si elijo el que no es? Mirá si pierdo a ambos por tardar tanto? Mirá si, mirá si, y entonces fue cuando tomé la decisión de comparar con fundamentos. El contrato con Improbable se estaba resquebrajando, ya sabía que no íbamos a poder volver al estatus de amigos, que estábamos demasiado hondo y que no iba a poder entender qué me pasaba hasta no sacarme la duda. La duda de AM. 

(Porque podés tener servido en bandeja a Ryan Gosling pero... lo desconocido siempre tienta más.)

Esta historia continuará.

Porque me copa dejarlos con intriga y me cansé de escribir tanto. Besitos.