Alguien más (interludio)

Esta historia tiene sentido si leés primero acá.

-Salgamos.

Tengo que concederle a Alguien Más el premio al mejor esfuerzo. Puso sus mejores intenciones en armar el esqueleto de todo lo que (a esa altura) podíamos llegar a ser. No hubo un día en el cual no me haya preguntado cómo estaba. Me toleró en crisis de odio y desesperación facultativas, cuando tenía sueño, o hambre, o aburrimiento. Nunca me negó una sonrisa. Y cuando fue el momento de salir, se puso las pilas. Empezó a tantearme con una película que ambos queríamos ver, me lo recordó "inocentemente" varias veces, y esperó a que termine de preparar y rendir el final que me quedaba para vernos. Sí, fue un santo.

Pero...

Pero digamos que podés poner garra y sudor en crear la estructura, pero cuando no hay nada adentro, no sirve de nada. Paso a explicar.
Él prometió, semanas antes de la salida, acompañarme a buscar una nota, una nota jugada que no sabía si iba a obtener. Camino a la facultad ese mismo día me encontré con Anna White en la estación de tren. Le conté todo lo que se venía, la nota, AM, mis dudas al respecto y la existencia de Improbable al margen que me hacía ruido. Obviamente ella me sugirió que ya que estaba, que me quedara con los dos -recordarán que Anna es acérrima defensora de la poligamia y el desinterés- y le expliqué que, bajo mis términos, era imposible. Prometimos encontrarnos en la estación a la vuelta.
Cuando llegué, previos nervios terribles de la expectativa por dicha nota y además saber que luego del resultado, tendríamos un poco de tiempo solos, AM estaba esperándome sentado en el pasillo con una sonrisa de "aprobaste". Él no tenía por qué estar ahí, sólo me hacía el aguante. Era una salida off the record. Ese día fuimos a tomar un café fuera del edificio que siempre albergó nuestra relación de pseudoamistad. Caminamos muchas cuadras buscando dónde ir. Entramos a librerías. Me confesó que no es precisamente fanático de ir a caminar. Hablamos, nos reímos, nos deshicimos un poco de la rigidez típica de sé-que-estamos-acá-por-algo-más. Cuando de repente se largó a llover. Lluvia fuerte. 
Hicimos un par de cuadras abajo de mi paraguas endeble que nos mojó más de lo que nos mantuvo secos, y decidimos refugiarnos en un techo minúsculo mientras los autos que pasaban por la avenida amagaban a empaparnos. Risa, chiste, silencio. Nos miramos.

Me va a besar. La puta madre, me va a besar. Dale boluda no te pongas nerviosa, es un beso, nada más. Es un beso abajo de la lluvia, es terrible anécdota. Ay, no dice nada. Dale, que me be... ay. Y después qué hago? Y con Improbable qué hago? Y con la lluvia? y con nuestros amigos y con nuestra relación? Qué hago si me besa?

Y esa fue la primera vez que Alguien Más... no me besó. Porque hizo algún otro comentario, porque seguimos caminando, porque entramos a un bar y buscamos secarnos un poco. Hablamos como una hora. Me acompañó a tomar el colectivo y eso fue todo. 
Como previmos, me encontré con Anna a la vuelta. Le conté todo lo que había pasado:
-No chaparon????? Daaaaaaale. Te hubieras mandado vos.
Pero no, yo no me quise mandar. Y no por delirios de princesita, simplemente no pude. A pesar de que consistía en un movimiento casi involuntario de labios y párpados, no quise dar el paso que cambiaba tanto las cosas. Que me dejaba en semejante lugar de confusión. No todavía.

Alguien Más quería dar el paso, también. Porque ese es el tema de AM: es increíblemente transparente. Tanto si algo le gusta como si no, es evidente en sus facciones. Y él quería. Y también quería salir conmigo de verdad, la salida que nos debíamos. Entonces mis días de estudio estuvieron manchados de recordatorios, y también de... cosillas fuera de lugar. Ya me había decidido a salir con él e incluso a través de las redes sociales yo me daba cuenta de que no podía contener su alegría, poniéndome en situaciones bastante incómodas: constantes referencias a nosotros como "algo más que nosotros". Una cosa es "tenés que conocer a mi perro, mirá, es tan lindo" con una foto adjuntada, y otra es un "cuando conozcas a mi mamá..." que, honestamente, me pegó bastante fuerte. Querido, soy una chica que sale de una relación de 4 años. Creeme que no quiero conocer a tu mamá, con mucho respeto hacia ella (le respondí un "jaja" cortante porque no me hubiera animado a decirselo así). Los comentarios desafortunados no fueron pocos y tampoco las referencias a "dale, hablame". Estar enfrascada en el estudio me permitió dejarlo pasar, pero ya me había desalentado un poco con la situación. Más que nada, con él. Algo no me cerraba. Pero más me preocupaba la indecisión. El no saber en qué posición estaba realmente, ni con Improbable ni con AM.
Cuando aprobé ese final y pude tener vida social, lo primero que hice fue ver a mis amigos. 
Y ahí (esto es importante, en serio), fue cuando pasó esto: el punto de quiebre con Improbable (o cómo casi casi corto todo).
Lo segundo que hice fue ver a Alguien más, con quien ya había acordado: enfriar la cabeza y al menos, ver qué onda. 

Esta historia continuará... sí, una partecita más. 


(dividí la historia en 3, porque así lo requiere. El domingo 6, estará publicada. Y si no es así, que Dios y la Patria me lo demanden (?). No, es en serio. Ya la tengo escrita. Perdón por el suspenso es que ES TAN HERMOSO)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Veintiuno

Alguien más (apogeo)

Necesito escribir